Sonidos sanadores: cuencos
El poder del sonido era una fuerza conocida por las antiguas civilizaciones; mediante cuencos, palos de lluvia, sonidos de la naturaleza, mantras, desarrollaron rituales ceremoniales para el conocimiento interior. En esta ocasión quisiera hablarse acerca de la utilización de cuencos, y cómo la vibración que emiten actúa en nuestro equilibrio energético y nos ayudan a conseguir un mayor bienestar.
Los cuencos pueden ser elaborados tanto de manera artesanal como en serie; existen los de cuarzo y los de aleación de metales. Y aunque pueden proceder de diferentes partes del mundo, los más conocidos son aquellos fabricados en el Tibet. En Dharamsala, India -hogar del Dalai Lama y de muchos refugiados-, estos cuencos son puestos en venta y los podemos hallar en variedades de tamaños y precios, pero su rasgo en común es que son hermosos y producen un sonido que transmite la paz y tranquilidad que queremos en nuestra vida.
Debemos considerar que el mero hecho de recurrir a los cuencos no representa una liberación mágica de toda enfermedad. Sin embargo, son un instrumento idóneo para conseguir la relajación, aquietar la mente, disminuir emociones negativas, disipar la ansiedad, es decir, encauzan hacia el camino de la sanación. A nivel energético, trabajan armonizando los chakras o centros de energía. Los cuencos también son usados en algunos tipos de meditación, así como en sesiones de yoga.
A través de la frotación y el toque del cuenco, se desprende una vibración que influye a nivel energético y fomenta el equilibrio de cuerpo, mente y espíritu de la persona que la percibe; esto gracias al principio de resonancia, donde una vibración saludable puede modificar una frecuencia disonante o que no está en armonía.
La sanación mediante cuencos la puedes encontrar bajo nombres como baño de sonido, masaje sonoro, sound healing, por mencionar algunos.
Si alguna vez tienes la oportunidad de recibir una sesión con cuencos prueba sin miedo; relájate y disfruta de los sonidos sanadores.
Namasté.
Glenda.
Corrección de estilo: @hojasueltaeditores
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